DEFENDEMOS LA LIBERTAD DE CATEDRA, NO RENUNCIAREMOS A EDUCAR PARA LA PAZ, LA DEMOCRACIA Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL
La libertad de catedra, junto a la libertad de expresión, de conciencia y de prensa, son elementos fundamentales para el libre flujo de ideas en las sociedades democráticas. Ideas como la paz, la democracia y la justicia, son principios constitutivos del Estado Social de Derecho, en el marco de la Constitución de 1991, siendo su promoción deber de todo ciudadano, incluidos los maestros y maestras. El negacionismo de la historia, la pretensión de imponer un pensamiento único, de sepultar, no solo los derechos ciudadanos, sino, cada una de las ideas que los sustentan, parece ser hoy un objetivo sistemático de los sectores más retardatarios de la sociedad, los mismos que siembran odio y pretenden avanzar en silenciamiento físico y/o moral de todo aquel que piense diferente, de todo aquel que defienda la democracia, la paz y la justicia… ¿Quién entonces es el que adoctrina?
En los últimos días presenciamos una nueva arremetida del partido de gobierno y del señor Álvaro Uribe Vélez, hoy presidiario, contra la libertad de catedra la educación para la paz, la democracia y el pensamiento crítico.
En una evidente estrategia de señalamiento, pretenden eliminar de las aulas cualquier vestigio de formación en ideas democráticas, sembrando miedo entre los docentes con acusaciones infundadas y estigmatización.
Estas posturas buscan, sin lugar a dudas, invisibilizar la verdadera, ardua, difícil y amorosa vocación magisterial, en especial en estos tiempos de crisis sanitaria, donde miles de maestras y maestros, día a día, madrugan, trasnochan y disponen de sus propios recursos para que, en Colombia, exista aún educación pública, brindando cotidianamente conocimientos, verdad, ciencia, historia, raciocinio, para enfrentar la realidad y sus avatares, bajo las ideas de la paz, la democracia, la justicia social y la solidaridad como elementos que, a la luz de los objetivos y fines de la educación señalados en la ley general de educación, estamos convencidos, aportaran a la reconstrucción de la nación, con los criterios del buen vivir y de que Otra Colombia y otro mundo son posibles y necesarios.
Nos solidarizamos con el cuerpo docente de la IE la Paz del municipio de Envigado y denunciamos la campaña de desprestigio y de señalamiento del Centro democrático y el presidiario que lo lidera, contra los maestros y maestras de este país.
¡No renunciaremos
a educar para la trasformación social!