El paro nacional indefinido del
magisterio colombiano se da por la negligencia, incapacidad y desdén de las
clases en el poder frente a las exigencias y demandas del pueblo colombiano. El
pliego del magisterio colombiano como el de lxs trabajadores estatales, las
organizaciones campesinas, el movimiento estudiantil universitario y muchos
otros sectores de la población colombiana son justos y como respuesta a estos
los gobernantes dilatan, descalifican y señalan a quienes los presentan. No hay
intención de resolver ni dar salidas oportunas.
Apoyados en sus monopolios de
comunicación se dedican a mostrar a los sectores en conflicto como lxs como
enemigos del resto de la población, causantes de los problemas, cuando han sido
ellos, estas familias que han gobernado durante 200 años, a través de sus
partidos corruptos y verdaderas máquinas de acumular dinero, donde son ellos y
sus amigos nacionales y extranjeros los que han salido ganando.
Estamos en paro de maestrxs
porque no escuchan, ni leen ni resuelven las solicitudes, las peticiones y las
ganas de participar de la construcción de un país que tenemos otros. El
magisterio colombiano no solo exige mejoras laborales, tiene iniciativas y
propuestas educativas que responden a lo que somos como país, que se han
construido a través de una práctica profesional en las instituciones educativas.
Mientras los gobiernos no han hecho otra cosa que buscar modelos educativos que
ahorren plata, que eviten inversión y donde unos cuantos ganen con esto que es
el derecho a la educación.
Hacemos un llamado a la comunidad
educativa a organizarse por colegio, por localidad, por municipio en Comités
en Defensa de la Educación como Derecho del Pueblo, para colectivamente
enfrentar la política que se orienta a reducir y simplificar este demanda del
pueblo de educación a su servicio y necesidades.
El año entrante debe proponerse
una reforma constitucional que reverse la reducción del presupuesto de la
educación, la salud y el agua potable que con su ley de transferencias impuso
Santos con sus congresistas cuando era ministro de hacienda en el gobierno de
Pastrana en el 2001. Solo organizados y en pie de lucha podemos enfrentar estos
gobiernos que desconocen e visibilizan los derechos del pueblo.
Vamos a luchar, continuar en la
construcción de una política educativa que responda a la educación como derecho
para el pueblo colombiano en condiciones dignas para quienes participan de
ella. No migajas ni limosna, condiciones dignas para los que educamos y quienes
se educan, esa es la lucha!!!