Otra Colombia, con otras
relaciones sociales de fraternidad, solidaridad, sin explotación, segregación,
exclusión, no solo es necesaria y urgente, sino que es posible. Pero esa otra Colombia
no caerá del cielo, ni será un regalo o un acuerdo con las clases
dominantes, será fruto del inmenso trabajo creativo del pueblo organizado,
juntando grandes y pequeñas luchas que brotan en distintas partes de la geografía
colombiana.